Belarusos realizaron piquetes en Bruselas y Tokio y los jubilados de Minsk participaron en una marcha.
En Minsk los jubilados acudieron a una marcha en apoyo de los presos políticos. Marcharon con banderas blancas-rojas-blancas, vestidos de blanco, coreando «¡Libertad para los presos políticos!», «¡Belarús será libre!», «¡Fuera las manos de Belarús!», «¡No olvidaremos, no perdonaremos!».
En otoño pasado esas marchas de jubilados en la capital se celebraron con regularidad hasta que la policía comenzó a dispersarlas y detener a los participantes.
En Bruselas cerca de la sede de la OTAN los belarusos de Bélgica formaron un piquete para llamar aún más la atención sobre el problema belaruso. Los manifestantes exigieron que se impongan duras sanciones contra el régimen de Lukashenka y se detenga el apoyo de Rusia al régimen.
Los belarusos de Japón hicieron un acto de performance contra la violencia en el centro de Tokio cerca de la famosa estatua de Hachiko.
El artista Ilya Yerashevich mostró simbólicamente cómo el régimen dictatorial trata de ahorcar al pueblo belaruso libre poniéndole una soga al cuello. Pero la soga de violencia se rompió porque es imposible apagar la pasión por la libertad del pueblo belaruso.